jueves, 24 de septiembre de 2009

El misterioso caso de los precios altos y la gasolina que sube

Víctor Antero Flores Zertuche

Todos hemos pensado alguna vez, el porqué suben tanto los pecios de los productos básicos alimenticios, algunos dicen que es por la inflación, otros que por la crisis, pero a la que más le echan la culpa es, a la gasolina.
¿Qué tiene la gasolina, que hace que aumente el precio de la vida?, ¿A caso este es un recurso básico para la vida del hombre? Si solo hace que la máquina de combustión interna trabaje.
Entonces fue cuando decidí hacer una leve investigación, para aclarar el misterio de los precios altos y su relación con la gasolina.
Tome mi indumentaria e detective y me encamine a la vivienda de mi compañero de trabajo, Watson: un perro gran danés de un metro de altura que más que un compañero es mi guardaespaldas. Le puse el arnés y salimos a la calle.
En poco tiempo nos encontrábamos frente a una gasolinera, caminé directamente a la oficina, al entrar me encontré con un hombrecillo de aspecto inofensivo sentado al otro lado de un viejo escritorio.
—¿Es usted el encargado?— Aquel individuo apenas apareció atender a mi llamado, tomó sus lentes y me dirigió una mirada confusa.
—Sí, ¿En qué puedo servirle?— Me preguntó cortésmente.
—Puede decirme a qué precio está el litro de gasolina?
—En cuatrocientos noventa y cinco pesos desde hace dos días.
—Y subiendo no es así.
—¿Cómo…? Su rostro se contrajo casi hasta tomar la forma de un signo de interrogación.
—Si, eso es lo que quiero saber. ¿Porqué suben el precio de la gasolina?—le aclaré al hombrecillo.
—Oiga,— farfulló – no es nuestra culpa que elevemos los precios si la fábrica procesadora nos cobra más caro la elaboración de gasolina, y no me haga perder más el tiempo!
Ahora el hombrecillo no parecía tan ofensivo como aparentaba, de veras que se enojó.
Watson, aunque no entendía nada del asunto, se mostró inquieto durante todo el rato como si comprendiera el problema.
Llegamos a la fábrica de procesamiento pasado el mediodía y fimos directamente con el gerente. En la entrada la secretaria me informó que Watson no podía pasar, cosa que le molestó mucho a él. Definitivamente después de mucho averiguar le indique a mi compañero que aguardara.
Aquel hombre regordete y de brillante calva me recibió cortésmente y me atendió de maravilla, aún sabiendo que me había anunciado como reportero, pero cuando le di a entender mis razones…
—Quisiera saber a qué se debe el alza de los precios en la elaboración de la gasolina.
Su sonrisa se esfumó.
—¿Nada más para esto vino?—Me dijo escrupulosamente
—He…, creo que si. —Balbuceé torpemente.
Entonces, se acercó, a escasos centímetros de mi cara y expresó:
—¿Qué quiere que haga, si los petroleros subieron el precio del crudo.—
Fue todo lo que dijo y salí hecho un rayo seguido por Watson, y subimos al coche. En dos horas estábamos ya en las industrias petroleras.
Nuevamente me encaminé con los encargados de la planta, especialmente con el administrador.
Por segunda vez, una apretada secretaria impedía el paso de Watson, este, inesperadamente se escurrió dentro de la oficina.
—¿Qué significa esto? —Gruñó el administrador —¿Cómo se atreve a introducir este can a mi oficina?
—Muy bien, ahora me va a oír. —Dije en el mismo tono al tiempo en que daba un paso enfrente—. Confiéselo, usted fue, quien subió el precio del crudo.
—Y porque no acusa al administrador de los pozos. Y salga de aquí.
¿Quién se cree que es para gritarme? —Rugió.
Al llegar a los pozos petroleros Watson fue el primero en bajar del coche.
Caminé hasta donde estaban unos individuos con cascos y uniformes amarillos, al parecer eran ingenieros de planta.
—¿Alguien conoce al administrador de esta planta?
Un tipo fortachón se dirigió hacia mí.
—Yo soy, ¡qué quiere? —Dijo Malhumorado.
—Mire, soy reportero y estoy haciendo una investigación, sobre la gasolina y los precios altos, creo que usted puede darme una razón concreta, de los precios tan altos de la gasolina y su relación con los productos básicos.
—La única razón, que yo le puedo dar, es que cada vez, nos aumenta más el precio de la maquinaria y forzosamente tenemos que desquitar el gasto.
Para entonces, sospechaba, haber seguido una pista falsa.
Tomé nota de los vendedores de maquinaria, que surtían los pozos y me dirigí allá.
Mi compañero se mostraba, cada vez más nervioso. Cuando llegué a la compañía de maquinarias del norte, ya no podía imaginar, que excusa me sacaría, y lo peor, es que siempre se echaban la culpa, unos a otros.
Me recibió, un tipo enclenque, con facha de “muertero”: saco negro y sombrero de copa.
Fui directamente al grano:—Ahora si— dije,— el tipo me miró impresionado.— Usted, me va a decir, porque aumentó el precio de la maquinaria, que a la vez hace que aumente el precio del petróleo, y este a su vez, hace que aumente el precio de la gasolina y suban todos los precios en el mercado.
Yo subo mis precios porque en la fundición, me cobran más caro, por las máquinas. Me miró con despecho.
—¿Qué quiere? ¿Qué me muera de hambre?
—Pues por mí, muérase!— le dije.
Cuando llegamos, a la fundidora, iba ardiendo en cólera, había perdido la paciencia.
Entré a la oficina e hice la pregunta de los sesenta y cuatro mil, la contestación fue:
—Los precios de los minerales, aumentan, porque los mineros, exigen, que se les pague más.
—Pues ahora verán esos mineros —le dije a mi acompañante, este a su vez lanzó un ladrido de afirmación, o tal vez eso me pareció.
Para cuando llegamos a la mina, ya habíamos gastado más en gasolina, que lo que habríamos gastado en un mes en alimentos.
Cuando di con el capataz, ya llevaba buen tiempo vagando por los alrededores y para colmo, este ni me pelaba, cuando hablaba, ya que se la pasaba cotorreando con su compañero. Hasta que perdí los estribos y o tomé por el cuello de la camisa.
—Dígame, porque subieron el previo al mineral, que causó el alza de los precios en el mercado.
—¡No me grite! —vociferó—. Los trabajadores piden más sueldo, porque no tienen para comprar frijoles, que ya subieron de precio.
El ojo morado que me puso este tipo, fue causa suficiente, para abandonar mi investigación, después de todo, Watson mordió al fortachón, y me sentí más tranquilo, de que viniera conmigo.
Ahora estaba seguro, de que el verdadero culpable de los precios altos, eran los frijoles.
Más abatidos que triunfantes, entramos a las oficinas de la administración agraria y nos dirigimos con el jefe.
—Señor—empecé— Como usted sabe, todo está subiendo de precio en el mercado y la vida es cada vez, más difícil podría decirme, por favor: ¿Por qué sube los precios del primer sospechoso, de aumentarlos en el mercado nacional? En este caso, el frijol.
Mi orgullo como detective, andaba por los suelos, el manual no decía nada de qué hacer en casos imposibles.
—Mire, amigo –Contestó el agrónomo, por cierto era el único, que me llamó, amigo— Nosotros traemos mercancía desde el campo…
—Sí, ya se – interrumpí— los trabajadores piden más sueldo.
—No es eso, a los trabajadores se le paga bien, nosotros usamos camionetas y otros vehículos para transportar el producto y últimamente, la transportación del frijol, es muy cara y ahora con eso de que acaba de subir la gasolina.
CASO CERRADO

Este cuento, tan pueril e inocentemente escrito, fue el primero que me publicaron en el año de 1990 (si mal no recuerdo) aunque lo escribí en 1987 cuando tenía 19 años de edad. Apreció en el periódico El Independeinte, en Saltillo, el último medio escrito en usar sistema caliente en su impresión. A este periódico se lo llevó el error de diciembre de 1993. Cosa que nos recuerda que la crisis de hoy no ha sido la única, ni será la última.

5 comentarios:

  1. hola víctor!
    Me gustó mucho tu cuento, no lo conocía. Tiene muchos detalles padres.Me gusta que cada tipo que visita el personaje, representa toda una problemática que el lector entiende dentro de la brevedad del cuento.

    La situación con eso de los precioso se torna peor y más extraña...
    ora' si que como dice la canción

    "y sigue la yunta andando"

    EUgenia!

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  2. precios!!

    precioso?? pues en qué andaré pensando!!
    ja ja
    cuidate, hermano, y nos vemos en la feria del libro

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  3. Andaleeeeeee!!!!

    ni sabia que tenias blog master!!!

    que gusto!!!!

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  4. HOLA YA TE SIGO DONDE QUIERA QUEE TE VEO PORQUE QUIERO TNER MAS CULTURA,YA SE QUE LA CULTURA ES DE TODOS LOS DIAS, TE ESCUCHO EN L RADIO Y TE SIGO EN LAS REDES SOCIALES, QUE CURIOSO AL ESTAR LEYENDO TU CUENTO IMAGINO QUE ERES EL PROTAGONISTA.

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  5. te vi en mi imaginación haciendo todo ese recorrido junto con el perro.

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